domingo, 25 de septiembre de 2011



Morón city Blues

Es la mirada detras de tu hombro, cuando estas solo.

Es el peor sueño que tuviste y que no podés recordar.

Es un diamante que quiere permanecer carbón

martes, 30 de agosto de 2011

ON THE ROAD AGAIN



La influencia de las nuevas tecnologías en los modos de hacer cine es un asunto ineludible. Estos cambios ponen en cuestión los modos de producción tradicional abriendo el juego a nuevas miradas. El taller se propone crear un espacio dinámico de reflexión a través del visionado de peliculas y la realización de cortometrajes-

Los integrantes se podran desempeñar en:

- Dirección, actuación y guión.

Comenzamos el 6 de septiembre a las 19 hs
en la calle Rawson 640 - Morón.

Estan todos invitados







miércoles, 8 de junio de 2011

5 segundos antes del tsunami

La habitación era roja

en el diván

una nena de 17

y otra de 15

levitaban

desnudas

a 15 centímetros

del contacto.


Un basurero,

una anciana de nylon

kilómetros de alambrado

playa desierta

otoño.


Los ojos caen fuera del vidrio

la cabeza golpea contra la ventana

y un árbol cae.


Desperté en un micro

con rumbo a Río de Janeiro.

Dos maletines

llenos de humo.

Loros.

Ropa amarilla.


Un alambrado inmenso

divide la playa

de la ciudad.

Miró el mar

y después a la izquierda.


Una anciana

leprosa

acercándose.


- ¿Cómo llegamos allá? - Dije señalando el agua.

- ¿Cuál es tu nombre? - Respondió.

- Juanchi – conteste - ¿Es usted argentina?


Ella abrió la boca

y no emitió sonido.

Comenzó a caminar

guiándome con su brazo

por las calles angostas

de la fabela.


Ze pequeño conducía

una bicicleta

a toda velocidad.


Una llave

se desprendió

de su bolsillo.


Lo llame por su nombre

pero no se detuvo.


La vieja señalo la reja

y su cabello se puso blanco.


Tres pasos.

Un candado.

La llave correcta.


La arena estaba caliente,

ella sonrió

miró la ola

y respiro hondo.


sábado, 21 de mayo de 2011

Adelantos del diario de rodaje - Moctezuma















UN CINE DE GUERRILLA

La receta:
Ideas muchas.
Voluntad.
Una cámara de fotos.
Explorar la estética del azar.
Lanzarse a los caminos.

Lo más importante:
100 kilos de Corazón.

Ahí estaba para nosotros el cine del futuro.

Ulises hablaba de un manifiesto estético, de un desarrollo profundo de la imaginación, dejarse llevar por lo instintivo de la corriente, flujo y reflujo de eso que llamamos pensamiento. Ver las costas del infierno y volver con información.

Y Pazs le respondía que seamos una banda de forajidos en el medioevo, cruzar el altiplano sin ningún mapa, pero con una voluntad férrea de seguir. Hacer una radiografía del mundo con una cámara de fotos.

Los cineastas más pobres de Latinoamerica.

Como dos vietnamitas perdidos en Bolivia fumando en silencio ante la inmensidad.

domingo, 15 de mayo de 2011

Entre ríos


Aquella mañana
de inmediato supo
que no iba a ser un gran día.
Tal vez
por un mal sueño
una presunción
que confirmaba el café derramado
por su esposa
y cierta noticia de la radio.
Y decidió que no iría a trabajar
así
con naturalidad
besó a su mujer
puso en marcha el auto
y salió solo.
Condujo
hasta llegar a la orilla del río
y estacionó el coche bajo unos árboles.
Desde ahí veía al tipo que alquilaba los botes
El muelle
Y por supuesto el río
Y más lejos unas montañas.
Entonces echó atrás su asiento
-dándose espacio-
puso el parasol
y quiso reflexionar
responderse de algún modo
qué lo había llevado hasta allí
además del clima fresco
y soleado.
Trató de adivinar
qué era
lo que andaba mal
y pensó en el trabajo,
en un descapotable precioso que había vendido hacía años,
pero no era eso
y pensó en las pesadillas
pero eso tampoco
y pensó en un montón de viejos que fumaban incesantemente
en el interior de un cine barato,
y aunque, claro, esto lo inquietó
fue más allá todavía
y pensó en su esposa.
Entonces prendió un cigarrillo
y mientras fumaba
le pareció ver
que el tipo del alquiler de botes
le hacía una seña con la mano
como saludándolo
o como si tratara de comunicarle
las cualidades de sus botes
o como si lo conociera,
pero esto, él lo sabía, era imposible.
Miró a sus espaldas para ver si había alguien más
y el sol lo cegó.
Cuando volvió la vista,
el tipo de los botes
miraba hacia el río.
Lo observó recostándose sobre un bote roto
que estaba en tierra y
antes de darse cuenta
-en una especie de contagio-
se quedó dormido.

Cuando despertó era más de mediodía
y el cielo estaba nublado.
Quizás por eso
recordó que había tenido un sueño relleno de humo
en el que los viejos fumadores cruzaban el río
arriba de un bote largo
que
aún roto
no se hundía.
Después se largaba a llover
pero los cigarros
de los viejos
seguían encendidos.
Y de alguna extraña manera
a él le pareció que el sueño
no hacía otra cosa
que confirmar su presentimiento
si bien no llegaba
a descifrar del todo el misterio,
y aunque sintió que por aquel día
había ido muy lejos
bajó del auto
habló con el tipo de los botes
y se subió en uno y remó casi hasta la otra orilla
pero no tuvo deseos de bajar
y tiró el ancla
y se recostó.
Casualmente, ahora también observaba en dirección
al tipo de los botes
quien apenas tenía el tamaño de un mosquito
que al parecer
agitaba sus antenas
haciendo gestos ridículos
como si tratara, pensó él, de revelarle alguna pista
algún detalle
el punto de su investigación
donde él
se había perdido.
Cuando parecía a punto de conseguirlo
el mosquito pareció cansarse
y desapareció de su campo visual
dando lugar a una sensación
de vacío.
Entonces intentó pensar en algo rápido
para distraerse
y contó los pocos autos que había vendido en el mes
y contó las nubes
y se interesó por saber
qué estaría haciendo su esposa en ese instante
pero antes de llegar
a una respuesta
volvió a quedarse dormido.

Horas más tarde
al anochecer
un desconocido que paseaba por la orilla
vio al hombre regresando solo
en un bote
desde el centro del río
sin caña de pescar
ni aspecto de pescador.
Entonces, en un acto casi automático
el desconocido sacó una foto de su bolsillo:
en ella se apreciaba un auto nuevo estacionado en el desierto
y en su interior forrado de cuero
una mujer joven
que sonreiría para siempre,
hacia otra parte.
Y mientras la veía
el desconocido se preguntó
entre otras cosas
cuál era la historia y de dónde vendría el hombre del bote
sobre todo en una noche como aquella,
fuera de temporada.


Henríquez, diciembre 2005.



miércoles, 4 de mayo de 2011


El cine es la captura sagrada de los reflejos de la vida

jueves, 7 de abril de 2011

WHY AM I HERE?

MOCTEZUMA/ Crónica de viaje (Pablo Pazs, 2010)

Por Fernanda Descamps

“Tengo la impresión de que ella no existía (…)

Existe en todo caso en la cabeza de Ulises;

y si esto impulsa a alguien a moverse,

bienvenido sea.”

[Testimonio final- Psiquiatra]

Si bien el mismo director del film, Pablo Pazs, es quien anuncia ciertos vínculos intertextuales entre su película y la literatura de Roberto Bolaño y Jack Kerouac- por un lado-, y el cine de Wong Kar Wai y David Lynch- por el otro-; podemos asegurar que MOCTEZUMA no peca de (vanidosa) pretensión. De hecho, los links son justos y evidentes. Sino, pensemos en la utilización paródica- respecto de aquella que le daba el cine clásico de Hollywood- de ese “plano de situación” que nos ubica en el “Copacabana Club”- un antro “sudaca” aunque con cartel de neón, un lugar oscuro y humeante que niega la posibilidad de una visualización clara tanto de los personajes como del cronotopo espaciotemporal-; el cual nos remite instantáneamente a aquel “Bar California” de la amada Chungking Express (Wong Kar Wai, 1994). A su vez, la atmósfera onírica que acompaña a todo el film lo acerca al estilo lyncheano, instalando una lógica que escapa al racionalismo a ultranza basado en la obediencia de la fórmula causa-consecuencia; debido a esto, el relato se va configurando a partir de las visiones de Ulises (el personaje principal) acerca de aquello que lo perturba: Cesárea Tinajero, una misteriosa mujer cuya búsqueda impulsa su viaje por Latinoamérica lanzándolo hacia lo inesperado/ azaroso/ desconocido/ indefinible. De este modo, entonces, quedan claros también los lazos de la película con la “prosa espontánea” que caracteriza la obra de Jack Kerouac y con el escritor infrarrealista- descendiente del surrealismo- Roberto Bolaño; a quien MOCTEZUMA es sinceramente dedicada, y a quien debe atribuírsele (por su obra Los detectives salvajes, 1998) la particular construcción de la estructura narrativa, compuesta por dos corpus de testimonios- uno a modo de prólogo y el otro a modo de epílogo- que envuelven y contienen a la crónica de Ulises propiamente dicha, narrada a través de las imágenes registradas y de las grabaciones personales.

Ahora bien, luego de haber mencionado las conexiones del film con ciertas producciones artísticas según la perspectiva del realizador, es tiempo de esbozar brevemente, al menos una más de aquellas reminiscencias espontáneas que posiblemente surjan al ver la película de Pablo Pazs; me refiero a remisiones vinculadas al universo filmográfico de Werner Herzog. Así, MOCTEZUMA propone un cine que intenta reponer/ concretar aquellas imágenes efímeras e inalcanzables, entendiendo al cine como actividad que requiere una inevitable “puesta de cuerpo” además de una “puesta de cámara”. A su vez, puede concebirse a MOCTEZUMA como film quest, pseudogénero cinematográfico- constantemente visitado por el director alemán- configurado a partir de un personaje que roza la obsesión en su búsqueda descontrolada de aquello que puede resumirse en una simple, aunque compleja, imagen óptica que arrastra o en una sed utópica inalcanzable. En fin, trazos de insaciables como los enanos rebeldes (Even dwarfs started small, 1970), el neurótico Aguirre (Aguirre: the wrath of God, 1972), el poseso Fitzcarraldo (Fitzcarraldo, 1982) y el bandido Cobra Verde (Cobra Verde, 1987) resuenan en “el Ulises de MOCTEZUMA”.[1]

Como ya se mencionó anteriormente, ajeno a cualquier atisbo de soberbia pretenciosa, es lícito pensar al film de Pablo Pazs a partir del marco descrito. Aún así, aunque remita a expresiones artísticas concretas externas o a universos estilísticos específicos propios de otro/s director/es, aunque se reconozcan en ella detalles que ya son patrimonio universal del campo cinematográfico- citas como producto de una voluntaria elección estética-, la película en cuestión porta una particularidad cuya única correspondencia se ancla en su realizador (y equipo). Entonces, de un modo (ultra)personal Pazs rueda su película con una cámara de fotos- hazaña que lo convierte en el ganador del primer festival de cine realizado con este dispositivo-, optando por un montaje en el que se evidencia el corte entre plano y plano o escena y escena por medio de una ausencia negra a modo de intersticio incómodo: separador que pone en evidencia la carencia de significados absolutos- no sólo para Ulises, sino para el espectador también- y la posibilidad lúdica- si se quiere- de pensar libremente un sentido (o el sinsentido): una búsqueda personal desde la butaca, una interpretación íntima; el libre albedrío del cinéfilo. De todos modos, esta elección respecto del montaje resulta socavada por las reiteradas apariciones de rótulos que comunican lugar, día y hora; por lo que la inestabilidad generada por la ruptura de una continuidad explicativa y redundante garantizada por los raccords- que aquí son desechados-, resulta contrarrestada por el afán de brindar un mínimo de ubicación espaciotemporal, una base cuasi sólida que haga de puntapié inicial y permita un despegue garantizado hacia zonas inhóspitas; porque ver MOCTEZUMA implica recorrer desde el árido suelo de Marte hasta la impenetrable y húmeda selva.

Si bien es cierto que se transita una diversidad de locaciones producto de un itinerario que comienza en una casa de Morón en Buenos Aires, pasa por Tucumán, Jujuy- Tilcara, Humahuaca, La Quiaca- y Bolivia –Villazón, Sucre, La Paz, Lago Titicaca y Copacabana- para finalizar en Cuzco, Perú (en tanto sinécdoque del resto de Latinoamérica, ya que Ulises decide perderse en ella para siempre); también es cierto que los paisajes recorridos son víctimas de un despojamiento de ese pintoresquismo típico que caracteriza a toda la zona recorrida. Lo cierto es que el enigma que perturba al personaje, esa falta o ausencia que le niega la posibilidad de completud- anhelada con desesperación-, inunda su entorno físico contaminándolo ni bien lo atraviesa. Así, la falta se objetiva desgarrando el cuerpo de Ulises, pero también horadando y despedazando inescrupulosamente el paisaje. De este modo, no es descabellado establecer vínculos con los espacios públicos que visita nuestro (anti)héroe- procesiones, cementerios, iglesias, hospitales- o con el brillante (y dicotómico) trabajo concentrado en la banda sonora- variada y específica, ruidosa y melódica, apabullante y delicada, desviada y acertada-; ni tampoco resulta absurdo o trivial recordar las palabras del primer testimonio del prólogo: “yo al chabón, loco, hará de los once años que lo conozco- por lo menos- y nunca lo sentí que estuviera cómodo cuando ganaba algo, ¿entendés? Siempre, como que ganaba, pero algo le faltaba al chabón. Igual con todo eh, con las minas, con la plata, con todo”; mucho menos incoherente aún, es rescatar la sincera reflexión (reveladora) del mismísimo Ulises:

“Hice un acertijo que no puedo resolver. Siempre que doy un paso, vos das dos.

Cuando llego al lugar donde estabas, vos te fuiste.

Algunas veces es necesario crear un fantasma para seguir adelante.”

Finalmente entenderemos. Ver MOCTEZUMA implica la vivencia de un viaje laberíntico, solitario y descarnado. Ver MOCTEZUMA implica pensar(la).



[1] Resulta imprescindible reconocer la tradición del nombre Ulises y su apego genético al héroe de La Odisea de Homero; aunque también resulta necesario reconocer las reiteradas revisiones que de este personaje se han realizado, ya sea en literatura- Ulysses, James Joyce, 1922- como en cine- Oh, brother! Where art thou?, Joel & Ethan Coen, 2000; Cinema Paradiso, Giuseppe Tornatore, 1988-, entre otras expresiones artísticas.

miércoles, 30 de marzo de 2011

La persecución de un fantasma


"Hacer aparecer las nuevas sensaciones - Subvertir la cotidianeidad

O.K.

DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE

LÁNCENSE A LOS CAMINOS"


Roberto Bolaño, México, 1976


"El poeta surrealista se sirve con frecuencia del azar en sus creaciones. El azar nos enfrenta con la excepción, con lo que está fuera de las normas. Al utilizar mecanismos de azar se ponen en juego ciertas afinidades ocultas entre el hombre y el mundo que entrarían en el dominio de los mecanismos mágicos. Aquello que la casualidad, lo accidental, y más que nada la coincidencia, aportan al hombre, puede de pronto adquirir un significado y una importancia excepcional. Todo ello no sería, en definitiva, más que el índice de reconciliación de los fines de la naturaleza y los fines del hombre"


Aldo Pellegrini - "Antología de la poesía surrealista".


Durante el rodaje de la película establecimos una estética del azar, de lo inesperado, casi a dos años de finalizado el rodaje, me encontré con este texto y sentí una coincidencia ancestral con nuestra experiencia. Nosotros no sabíamos a quien nos íbamos a cruzar en cada pueblo que visitábamos. En vez de trabajar con un guión rígido, nos dejamos llevar por la aventura, sin saber bien cual era nuestro próximo destino. Si terminaríamos vivos o muertos. Perseguimos ese fantasma hasta el mismisimo infierno. Lo dejamos todo.


Pablo Pazs - marzo 2011

sábado, 19 de marzo de 2011

Moctezuma en el Camarin de las Musas - 6 de abril 20 hs


El miércoles 6 de Abril se proyectará Moctezuma / Crónica de viaje, en el Camarin de las Musas.
La dirección es Mario Bravo 960 - es a las 20 hs PUNTUAL.

Moctezuma / Crónica de viaje – Una película de Pablo Pazs

SINOPSIS:
Peleas callejeras, deudas, problemas. Un escape magnético hacia el norte. El azar. La búsqueda de una persona (¿Un signo? El caso Cesárea Tinajero). La obsesión como motor energético. Esta es la crónica del viaje de Ulises a Bolivia. De cómo se perdió para siempre en Latinoamérica.

Film ganador del primer festival de cine hecho con cámaras de fotos.

FICHA TECNICA
Dirección: Pablo Pazs. Guión: Pazs, Ulises, Henríquez. Música: Karen Sebalj, Alejandro Caputi, Gastón Ruiz. Fotografía: Pablo Pazs. Edición: Pazs, Henríquez. Postproducción de sonido: Luca Granata. Arte: Emmanuel Borgarelli, Lucas Espeche. Traducción: Mariana Lovison.

FICHA ARTISTICA
Esteban Ramponelli, Karen Sebalj, Mara Guevara, Humor Jauss, Rodolfo Goldschwartz, Elisa Gardini, Knoll Sebastien, Martin Matto, Leonie Bais, Gonzalo Carreño, Jorge Huerta, Jeremy Clipsham, Lucas Celotti y Sara Dahan.

Producido por: Ti - Jean Films.
Duración: 63’
www.viamuerta.com.ar