miércoles, 8 de junio de 2011

5 segundos antes del tsunami

La habitación era roja

en el diván

una nena de 17

y otra de 15

levitaban

desnudas

a 15 centímetros

del contacto.


Un basurero,

una anciana de nylon

kilómetros de alambrado

playa desierta

otoño.


Los ojos caen fuera del vidrio

la cabeza golpea contra la ventana

y un árbol cae.


Desperté en un micro

con rumbo a Río de Janeiro.

Dos maletines

llenos de humo.

Loros.

Ropa amarilla.


Un alambrado inmenso

divide la playa

de la ciudad.

Miró el mar

y después a la izquierda.


Una anciana

leprosa

acercándose.


- ¿Cómo llegamos allá? - Dije señalando el agua.

- ¿Cuál es tu nombre? - Respondió.

- Juanchi – conteste - ¿Es usted argentina?


Ella abrió la boca

y no emitió sonido.

Comenzó a caminar

guiándome con su brazo

por las calles angostas

de la fabela.


Ze pequeño conducía

una bicicleta

a toda velocidad.


Una llave

se desprendió

de su bolsillo.


Lo llame por su nombre

pero no se detuvo.


La vieja señalo la reja

y su cabello se puso blanco.


Tres pasos.

Un candado.

La llave correcta.


La arena estaba caliente,

ella sonrió

miró la ola

y respiro hondo.